miércoles, 26 de diciembre de 2007

Sueños (día 31)

Este es el último envio de Palabras a la carta. El fin de año se acerca con deseos y reflexiones a granel. Que el proximo año este lleno de sueños para todos ustedes.

Feliz 2008 para todos ustedes.


° . o . ° ~ ЄÏЭ ~ ° . o . °


Ésta es la reproducción de una serie consecutiva llamada "Palabras a la Carta" de Jorge Bucay.

Si desean leer los capítulos previos, aquí pueden consultar las ligas, o bien, por la etiqueta "Bucay".






Palabras a la carta
Día 1: Decisión.
Día 2: Amor.
Día 3: Amor verdadero.
Día 4: Duelos.
Día 5: Egoísmo.
Día 6: Vivir el presente.
Día 7: Disfrutar de la vida.
Día 8: Mal Humor.
Día 9: No Depender - parte I.
Día 10: No Depender - parte II.
Día 11: ¿Quién eres?.
Día 12: Miedo, parte I.
Día 13: Miedo, parte II.
Día 14: Miedo, parte III.
Día 15: Entusiasmo.


Día 16: Rebeldía.
Día 17: Actitud.
Día 18: Buen trato.
Día 19: Libertad.
Día 20: Temor a la crítica.
Día 21: Culpa.
Día 22: Amistad.
Día 23: Celos.
Día 24: Renuncias.
Día 25: Envidia.
Día 26: Furia.
Día 27: Sentido común.
Día 28: Desamor.
Día 29: Motivación.
Día 30: Tristeza y furia.
Día 31: Sueños.


Era el último día. Y hubiera querido equivocarse, pero tal como ella lo había pronosticado, no había ninguna noticia de la continuidad del sitio.

Marta estaba desde el texto anterior más triste que enojada, aunque también debía reconocerlo, estaba se sentía muy agradecida por todo lo recibido.

Había tratado de encontrar la última palabra, y no había llegado a ninguna conclusión. Es cierto que volvería a escribir unas cuantas palabras y que muchas eran las que había postergado una y otra vez, dejando que su emoción guiara sus preguntas.

Encendió el ordenador y entró muy lentamente en www.palabrasalacarta.com, como si asistiera a un ritual funerario.

Para su sorpresa en el rectángulo del centro ya aparecía una palabra.
Marta supo que estaba de acuerdo

SUEÑOS

Todos nuestros sueños, sobre todo aquellos que tenemos sin cerrar los ojos y en medio de nuestra vida cotidiana, son la materia prima de nuestras ilusiones y fantasías. Estas dos compañeras fieles sirven para construir sobre ellas nuestros deseos. Un vez que tenemos claros nuestros deseos y antes de ponernos en acción debemos transformarlos en proyectos.

¿Qué sería de nuestra vida, si nos privaran de proyectos?
¿Qué sería de nuestros proyectos si nos priváramos de soñar?


Había una vez un gusano que vivía en un jardín y que estaba enamorado de una flor.
Cada noche el gusano soñaba que se acercaba a su amada y la besaba larga y amorosamente. Cada mañana cuando despertaba miraba a la flor, tan alta en la punta de su tallo.

Cansado de resignarse a soñar, el gusano decidió empeñarse en cumplir su sueño. Cada mañana al despertar trepaba con todas sus fuerzas por el tallo de su flor. Claro, pobre gusano, el tallo era tan largo que al hacerse la noche exhausto solo había recorrido una pequeña porción de todo el recorrido.

Lo desmedido del esfuerzo nunca lo hubiera frenado. Lo peor era que durante la noche el pobre gusanito resbalaba en el talo humedecido por el rocío y amanecía cada mañana en el punto de partida.

Sus amigos los escarabajos se apenaban de él y le decían:
- Olvida ya esa flor. Tú eres un gusano y vives en la tierra, ella es una belleza y vive en los cielos. Basta ya de sacrificios inútiles.

El gusano escuchaba y sabía que sus amigos le decían la verdad porque lo querían de verdad. Pero él siempre contestaba:
- Ya sé que es imposible, pero si renuncio a mis sueños, ¿como podré despertar cada mañana?

El gusano siguió así durante semanas y semanas. Trepando de día y resbalando de noche. Y mientras resbalaba alejándose de la flor soñaba que se acercaba a ella y la besaba larga y amorosamente.

Una noche pasó algo maravilloso. Mientras el gusano dormía, sus sueños se volvieron alas y el gusano se despertó mariposa. Más contento que sorprendido y más sorprendido que contento, el enamorado voló hasta la flor y la besó… larga y amorosamente.


Cuando Marta terminó de leer el mensaje, las letras negras se fueron desvaneciendo y en el centro gris de la pantalla se dibujó una "i" de color azul. De los cuatro ángulos del monitor aparecieron letras. Primero fue una "d" roja, después una "s" amarilla, luego una "o" anaranjada y por último una "A" mayúscula verde. Las letras orbitaron alrededor de la "i" y se acomodaron para formar la palabra

Adiós

(Tomado de: http://www.palabrasalacarta.com/)

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