Así que esta semana habrá dos post para reflexionar, y hoy será sobre los celos (como decían un programa cómico: "Los elotes no tiene maiz" [díganlo todo junto: loselotesnotienemáiz]). :P
Celos?
Celos...
Sip. Celos.
Celos-dije...
Ésta es la reproducción de una serie consecutiva llamada "Palabras a la Carta" de Jorge Bucay.
Si desean leer los capítulos previos, aquí pueden consultar las ligas, o bien, por la etiqueta "Bucay".
Palabras a la carta | |
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Día 1: Decisión. Día 2: Amor. Día 3: Amor verdadero. Día 4: Duelos. Día 5: Egoísmo. Día 6: Vivir el presente. Día 7: Disfrutar de la vida. Día 8: Mal Humor. Día 9: No Depender - parte I. Día 10: No Depender - parte II. Día 11: ¿Quién eres?. Día 12: Miedo, parte I. Día 13: Miedo, parte II. Día 14: Miedo, parte III. Día 15: Entusiasmo. | Día 16: Rebeldía. Día 17: Actitud. Día 18: Buen trato. Día 19: Libertad. Día 20: Temor a la crítica. Día 21: Culpa. Día 22: Amistad. Día 23: Celos. Día 24: Día 25: Día 26: Día 27: Día 28: Día 29: Día 31: Día 31: |
La capacidad de amar y de renuncia de algunas personas no dejaba de sorprenderla. Marta sabía que ella no era "tan buena" como muchos de sus amigos y sobre todo como su pareja. De hecho le molestaba hasta ideológicamente pensar en renunciar a algo que quería hacer, "por otro". Nunca había tenido esa vocación de sacrificio de la cual su madre tan orgullosa se sentía y que en su familia era condición inexcusable para parir hijos (quizás por esa razón, ella no los tenía). Sin embargo lo que había traído el tema a su cabeza no era una decisión tan trascendente. Sus compañeros de oficina de su trabajo anterior habían decidido reunirse una noche, para charlar y verse las caras. Era un grupo humano fantástico y Marta los quería mucho a todos. El tema se complicó cuando Rafa, su actual pareja, la invitó a tomar un café y con expresión de pocos amigos le pidió específicamente que no fuera a esa reunión. Ella sabía la razón, entre la gente invitada estaba Antonio, un muchacho con el que había tenido un fugaz encuentro amoroso. Rafa lo sabía porque ella en su momento se había contado y ahora estaba haciendo un ataque de celos. ¿Debería ella renunciar a aquella invitación, que por otra parte no era tan importante, para complacer a Rafa? ¿O sería claramente más sano ayudar a que él entienda lo absurdo de sus celos y soportar el riesgo de un enojo o lo desagradable de hacer doler a quien uno ama?.(Tomado de: http://www.palabrasalacarta.com/)
Los celos eran ciertamente una complicación dentro de las relaciones de pareja. Ella no era demasiado celosa, pero recordaba con claridad algún, a la distancia ridículo, reclamo de su parte en algunos momentos de sus parejas, incluso con Rafa.
Marta pensó en consultar palabrasalacarta.com junto con él, pero lo descartó. Ya había decidido que esta experiencia de Internet era propia y quería agotarla como había empezado.
Así que al llegar a la casa se sentó sola frente al ordenador y allí escribió
CELOS
Los celos son siempre la expresión de un problema del celoso y nunca una expresión de su amor o su interés. Sean la manifestación de un deseo de ser el elegido o la elegida, o la materialización de sus inseguridades o la primera señal de su deseo de poseerme como si fuera una propiedad, los celos no construyen, amenazan.
Cientos de parejas juegan con los celos, como manera de expresar deseo, sin llegar a hacer de eso un problema. Habrá que tener cuidado cuando uno juega con cosas peligrosas.
En la India hay un hongo de colores muy vivos y aspecto apetitoso que a pesar de ser venenoso se utiliza como condimento. Lo usan solamente los cocineros de mucha experiencia porque ese polvito anaranjado entraña grandes peligros si se lo emplea sin cautela. Una pequeñisima cantidad incorporada a la comida, consigue darle a ésta un sabor excepcional y muy especial. De hecho nada puede igualar la particularidad de su influencia. Sin embargo apenas un poquito demás, hace que la comida se vuelva tóxica y se arruine su aroma y su sabor. Un poco más, aun, el equivalente de una cucharada de café, puede transformar el plato más saludable en un veneno mortal.
Así son los celos. Una pequeñísima cantidad, administrada con absoluta conciencia, puede darle a la relación un sabor y un aroma maravillosos. Un poco más, puede volver tóxica a las relaciones y lastimar lo que quieres cuidar. Y un descuido en su administración, puede envenenar hasta la muerte a la mejor relación amorosa, sea una pareja, una amistad o cualquier otro vínculo.
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