Cuando uno es mero observador de esos cambios, no podemos evitar el pensar "¿y si me ocurriese a mi...?". Entonces cobramos mayor conciencia de lo efímero que es el momento presente, que nada hay seguro salvo la muerte.
Y entonces, intentamos redimirnos con los pendientes que vamos acumulando: una llamada, una visita, una sonrisa, un abrazo, un 'te quiero'... Hacerlo antes que sea demasiado tarde y ocurra algún cambio inevitable que nos lo impida.
Fernando Parrado recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo: 'Mirá para adelante, andá tras esa chica que te gustaba, tené una vida, trabajá. Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas cosas por estar tan ocupado'.
'Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente valioso está en casa después de trabajar: la familia. No se olviden de quien tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar mañana.'(Cierre de una Conferencia de Fernando Parrado,
uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes)
A mi me tocó ser observadora este fin de semana, y estoy en proceso de redención con mis pendientes...
~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~
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