lunes, 3 de noviembre de 2008

Las calaveras viajan en pesero

Por fin terminaron de cambiar la alfombra por piso en la oficina.

El viernes mi sobrina y yo nos fuimos a ver la Megaofrenda de Ciudad Universitaria, pero como yo tenía el gusanito de pintarme el rostro de calavera, Akaliana me hizo segunda y también se pintó la cara.

Creo que a mis compañeros de oficina les dió risa vernos pintándonos, o cuando pasé a firmar la salida. A mi me resultó divertido, y más porque hubo dos tres personas que pusieron cara de asombro y hasta susto al vernos.

No pude encontrar a los compañeros flickeros, pero pudimos dar una vuelta mirando las ofrendas, aunque Akaliana prefería estar escuchando a los grupos que se presentaban, sobre todo a unos muchachos que estuvieron tocando violín (su instrumento favorito).

Después de mucho rato de risa, música y calaveritas, decidimos que ya era hora de ir a casa, y casi para salir de las islas, un par de muchachos nos preguntaron si podían tomarse una foto con nosotras (ja!).

En Copilco encontramos a Li, Velt y Zhil que venían de C.U. y después de una plática breve así como los reclamos que me hizo Velt por una foto comprometedora (muahaha), nos despedimos para ir cada quién a casa. Esperando el pesero, un señor de edad nos felicitó por nuestros rostros pintados. Creo que se había cansado de ver que otras personas se disfrazaban de diablos, monstruos y demás espectros que nada tienen que ver con la tradición mexicana.

Mariposa de madera
Otra cosa, el viernes me hicieron un bellísimo regalo: una mariposa de madera para usar en el cabello (claro! cuando lo tenga más largo). Es un regalo inesperado y que aprecio mucho, como un bello tesoro.


Fue una linda manera de cerrar la semana.





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~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~

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