Cuando estudié mi carrera, tuve un novio que era militar y que de vez en cuando tenía sus momentos de celos, sobre todo con un amigo mío cuya amistad trabé en el CCH y que solía visitar mi casa seguido, tanto por nuestra amistad como por el cariño que tenía hacia mi mamá.
En una ocasión, estándo ese novio en la casa, llegó mi amigo a visitarnos y mi mamá lo recibió con gran alborozo (ella también lo quería mucho). Lógico, el novio se enceló tanto por las muestras de amistad como por el comportamiento de "la suegra", y puso cara de pocos amigos.
En una oportunidad, nos fuimos mi mamá y yo a la cocina para servir refrescos y me dijo ella en voz baja:
- Ya se te juntó tu yunta.
- ¿Yunta?. (cara de sorpresa) ¿De qué o por qué?
- (Responde con una mirada pícara) Si, ahí tienes tu par de bueyes.
Ay madre! cada que me acuerdo de esta anécdota me sigo riendo, sobre todo porque no me esperaba que tú hicieras bromas así.
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