viernes, 23 de mayo de 2008

Demonio de la soledad

«Si tengo demonios es que tengo conciencia...»*


Desde hace un tiempo me he percatado que me quedo observando parejas a mi alrededor, la agitación que tengo en mi interior ante las noticias de amistades que en pocos días han encontrado pareja, estableciéndose en vida común.

De corazón sonrío. Felicito. Aplaudo. Enhorabuena. Pero...

En un rescoldo de mi ser, el demonio de la envidia entierra sus afiladas garritas en mi piel. Susura a mi oído palabras maliciosas que me cortan por dentro "Y tú ¿por qué no tienes pareja? ¿Qué te pasa que sigues sola después de tantos años? ¿En qué estás mal?... ".

Acallo sus palabras mordiendo el dorso de mi mano mientras su veneno gotea lento pero ininterrumpido. Ha salido de la oscuridad y descarado me brincotea enfrente mientras señala un viejo calendario remarcando una fecha empolvada, fecha casi ya olvidada después de tanto tiempo pasado. Cierro los ojos y agito la cabeza con fuerza para lanzar lejos esos pensamientos, mientras el pequeño demonio ríe bajito sentado a sus anchas ante mi.

Hago otro esfuerzo. Respiro pausado, profundo y concentro mi ser en esa aspiración que me invade llenándome toda, tanto que tienen que salir los miedos y las dudas. Expiro con calma, conteniendo las prisas, contando pausadamente mientras el aire deja mis pulmones y sale entre mis labios. Uno... Dos... Tres... Cuatro... Espero un poco más y una nueva bocanada de aire me vuelve a llenar.

Me relajo, me suelto, me tranquilizo.

Mientras mi corazón se aquieta y la mente se aclara, mis ojos delatan mi estado de calma y reflexión. Comprendo bien que cada decisión tomada en el pasado ha determinado mi presente. Cada sí, cada no, cada silencio, cada palabra...

Lo sé... Dejé de creer. Dejé de creer en ellos, en las relaciones, en mi y mi capacidad para establecer una relación. Comprendo el nuevo camino que he de andar y sobre lo que he de trabajar. Ya no hay tristeza sino certeza, fuerza, decisión...

El demonio se ha dado cuenta que sus intentos de dejarme desolada han fracasado y a regañadientes se esconde nuevamente en el rincón más oscuro de mi ser, esperando una nueva oportunidad para agijonearme con dudas, con preguntas, con inseguridades.

Hay más batallas en el futuro por librar, pero saldré adelante. Yo lo sé.


«Soy una mujer sola, con los amores un poco cansados...»*


*Frases tomadas del libro "Antigua vida mía" de Marcela Serrano, que dieron pié a esta historia contada, o este cuento histérico... estas ganas de jugar con la imaginación.

ShareThis