Mi hermano fué a ver, a averiguar... Si, estaba hospitalizada, pero no encontró a nadie: estaban en el quirófano, una operación delicada por un derrame cerebral...
Tuve una mezcla de preocupación, inquietud, tristeza, culpabilidad... Culpa por no haberlos visitado a mis tíos en estos meses (ellos, pareja solitaria, sin hijos que les procuren).
Manoseo frente a mi rostro con los ojos cerrados, tratando de espantar mis pensamientos. "Piensa positivo" -me digo-. "Todo saldrá bien. Ella se recuperará. Ocurrirá... lo que tenga que ocurrir, aquello que sea para bien... todo es para mejorar".
Se me va el sueño. Me obligo a dormir. La iré a ver al día siguiente. Mi hermano llama en la mañana, yo en la oficina. "Ella está recuperándose, me reconoció".
Me siento más tranquila. Me organizo para irles a ver en la hora de la comida. Miro las puertas de la oficina adornadas con papel picado, alegre festejo por la muerte.
Tía, no se te ocurra que te festejemos con un altar... al menos, no aún.
Actualización: La fuí a visitar y esta muy bien, pero pasó momentos muy duros... Todos los familiares hemos ido a verles. Ahí estuve, tranquila y serena para apoyarles y darles ánimo, pero en estos momentos se me salen las lágrimas... ella es como mi segunda madre.
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