El 28 de febrero, camino a mi trabajo, me encontré con un tráfico de locos en Miramontes y Taxqueña, cerca de la Central de Autobuses del Sur, n la que los coches no se movían y las personas se desesperaban.
Para poder avanzar, pasé en mi bicicleta por la orilla del carril de extrema derecha, junto a los coches que no avanzaban. Un ciclista adelante de mi pasó junto a un coche azul y cuando yo pasé, abrieron de imprevisto la puerta trasera de ese coche y me tiraron al suelo, cayendo en clavado justo sobre mi rodilla derecha.
Salvo un espejo de la bicicleta que se rompió y la sorpresa -y enojo- de mi caída, todo parecía estar bien; despues de un rápido "autoescaneo", no senti ningun hueso roto o algo delicado salvo el fuerte dolor en la rodilla derecha. Me pude levantar y doblar un poco la rodilla adolorida para saber cómo la sentía, y mientras esto hacía el pasajero que abrió la puerta tirándome se fue con una maleta a la Central del Sur que estaba a unos 100 metros de distancia, y el coche azul también se fue. Solo la conductora del coche que venía atrás del que me tiró y que vio la escena, se acercó a prestarme ayuda (bueno, también unos peatones trataron de levantarme cuando caí, pero no los dejé hasta verificar que no tenía nada roto); el caso es que la.mujer estaba muy asustada sin saber a ciencia cierta cuál número llamar para pedir auxilio, por lo que con calma le indiqué que llamara al 911 y que explicara al operador lo ocurrido y solicitará una ambulancia.
Antes de la llegada del 911, la mujer que me auxilió se tuvo que marchar porque llevaba a una persona de la tercera edad a una cita médica. Y en lo que esperaba mi atención médica, les avisé a.mis compañeros de oficina de mi accidente así como a una amiga y vecina, para pedirle si podía pasar por mi en su camioneta y recoger la bicicleta.
Llegó un paramédico en motocicleta para revisarme (yo sólo me quejaba de dolor en la rodilla por la caída), y al palpar mi zona adolorida notó que traía yo rodillera y pantalones de mezclilla ajustados. Me dijo que podía vendarme pero que tenia que cortar mi pantalon, a lo que me negué pues ese dia los estaba estrenando (¡ah, vanidad!... son caros los pantalones y duele el codo...). Como no vio necesidad de llamar una ambulancia,.solo me sugirió ir con algún doctor para que me recetada desinflamante y analgésicos.
En ese consultorio me quité el pantalón y rodilleras con mucho dolor (en ese.momento no podía ni caminar), me hizo un par de pruebas de fuerza que no pude hacer con la pierna derecha y me dio su diagnóstico: si para el día siguiente la rodilla no se desinflamar con todo y los medicamentos o se ponia rojo/morada, nequeriria de hacerme unas radiografías porque a) podía tener una fisura y debería usar una férula, o b) tener una fractura de rótula y necesitaría que me operaran.
Cruzando los dedos para que solo se tratara de un golpe y nada más, me quedé ese día en casa para descansar la rodilla y mis vecinas me prestaron un bastón ortopédico que había usado su papá. Me sentía confiada que solo fuera un golpe, pues podía caminar con la pierna extendida, e incluso apoyarme sobre ella, pero el dolor era insoportable si intentaba doblar la rodilla.
Al día siguiente de mi accidente seguía con dolor al doblar la rodilla y al bañarme, me quité la venda y la hinchazón había disminuído (parecía que había aumentado); con preocupación les pedí a mis compañeros de oficina que me orientaran para saber a donde ir y usar mi seguro de gastos médicos mayores. Con los datos y re omendaciones, pedí a una vecina y su esposo me llevarán a urgencias de el hospital recomendado y con el ortopedista, también recomendado.
En el inter de la caida y la hospitalizacion, les avisé a mis hermanos de mi accidente, aun con esperanza de que fuera un golpe y lastimada de ligamentos, pero con la rqdiografia que me sacaron en el hospital, se confirmó mi temor: fractura de rótula y operación necesaria. Ingresé a cuarto, en la trde/noche y tuvo que ir mi hermano mayor para firmar la carta responsiva; y el jueves estuvieron conmigo mi hermano el Viejo Excaramujo y mi hermana que vive en Puebla, viajó para estar conmigo durante mi estadía en el hospital y posterior recuperación.
De kla caída, fractura de rótula y posterior operación, quedé con el recuerdo de una larga cicatriz de la operación y 2 clavos que -supongo- se quedaran ahí para siempre...