lunes, 3 de abril de 2006

Cerrando círculos

Actualización: Petición inesperada, pero no me sorprendo... Recordé la frase de "La Tucita" en la película "Los 3 huastecos":«si ya me conoces, ¿p'a que me dejas sola?»... Conozco... conozco.


Sábado... Fueron casi 6 años de no vernos. Los sentimientos a flor de piel, la tristeza, el dolor y el tratar de resignarnos y no siempre lograrlo hizo que todos sacaramos lo bueno y lo no tan bueno de cada uno en aquel entonces.

Con algunos nos acercamos y con otros nos alejamos. Teníamos demasiadas historias y heridas que nuestros orgullos no soltaban. ¡Es tan fácil hacernos las víctimas!. Lo que a veces nos resulta más dificil es aceptar que las personas son tal cual ellas son y que no debemos forzarlas a cambiar: el cambio, si es que se da, viene desde el interior de cada individuo, y será un cambio de acuerdo a su propia percepción y beneficio.

Algunos cambian, otros no y la vida sigue fluyendo. Y en este inter, nos ausentamos...

Y llegó nuestro presente preciso: el tiempo en que podíamos reunirnos nuevamente, hacer las paces con los recuerdos que cada uno guarda en su interior, sonreír y desear de corazón felicidad para cada uno.

Cada una de nosotras construye su propio camino. Suerte para el camino en España! Suerte para el camino en Puebla! Suerte para el camino en el DF!...



Y en la conciliación que hubo entre esos caminos, rememoramos a aquellos caminantes que ya no se encuentran con nosotros. Nosotros que estuvimos en esta reunión, la familia que seguimos marcando nuestros pasos, los recordamos...



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Domingo... Caminar por Chimalistac tiene su encanto, con las viejas casas y calles empedradas. Era un domingo luminoso, brillante y caluroso. La vieja Iglesia de San Sebastián estaba cerrada, pero su aire antiguo abría corazones.

Iglesia de San Sebastián, Chimalistac


24 años atrás estuvimos ahí, pero otra era la ocasión y la indumentaria. Ella regresó al mismo lugar. El "Ave María" fué cambiado por el canto de los pájaros y solamente estaba yo por compañía.

Hoy tu rostro sereno también refleja felicidad.

G. en Chimalistac

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