El primero es conocerme más, saber qué me inquieta, qué temo y por qué, cuáles son mis limitantes y aceptarlos.
El segundo es saber sobre qué cosas si puedo tener el control. Y de lo que tengo el control es mi propia actitud ante estos temores: ¿cómo los enfrento? ¿qué hago ante ellos? ¿les cedo mucho o poco de mi propia vida?.
Quizá muchos de mis temores no tengan ningún fundamento real, quizás sean mera imaginación, pero cuando los vivo son reales para mi, ya sea que tengan o no razón de ser. Enfrentarme a ellos en mi interior, muchas veces durante mis noches de insomnio, enfrentarlos y superarlos es lo que me da mayor fuerza.
Son decisiones que tomo a cada momento.
"El camino se hace por donde tu prefieras". (Jaime Ades)
"Si somos incapaces de encontrar tranquilidad en nosotros mismos, no tiene sentido buscarlo en otra parte." (La Rochefoucauld)
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