Muy temprano después de llegar a mi oficina, corrí en pos del conejo blanco para que me entregara varios documentos y facturas que tenía guardados en su buhardilla y que no me entregó ayer en la reunión de la tarde. Es muy difícil encontrar a este conejo.
Tras un breve momento de locura en la "carrera de la playa", finalmente me pude organizar para comenzar a imprimir varios documentos y organizar una carpeta informativa.
Ya que parecía que había salido de tan extraña mañana, recibí una llamada de El Sombrerero Loco. Conversamos un rato, pero (como me suele ocurrir con él) no entendí mucho de lo que me dijo, salvo que uno de estos días saldrá de su Fiesta del té y quizá me visite (o quizá no lo haga, como es su costumbre).
2:30 pm. Tweedledee y Tweedledum hacen de las suyas... Mi bello delfín compró un disco con los mp3 de Nora Jones y ayer me lo prestó toda la tarde para escucharlo, pero al ponerlo en mi computadora no podía escuchar varias de las canciones y así se lo hice saber (para hacer las reclamaciones correspondientes al pirata deshonesto). Hoy se lo regresé y lo puso en su computadora para ver cuáles eran las canciones que no servían, pero en su máquina si sonaron todos los mp3.
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De momento, es lo que me ha ocurrido en mi viaje por un extraño cuento. Apenas es mediodía y no sé cuántos personajes más voy a encontrarme... ya les seguiré contando.
2 comentarios:
Lo más bello de estos dias de Alicia (Desterrada al país de las maravillas, como dijera Bumbury), es que nos los compartes en una historia que nos quita la humedad de los huesos, aunque no tengamos nisiquiera un dedal como premio al ganador.
Para mi, el premio de estas carreras y estos cuentos es poder leer tus historias largas y con cola.
Hoy fue mi encuentro con los blogs y que encuentro tan intimo al leer tus notas. Y que agradables y hermosas. gracias por compartirlas.Nos haces sentir acompañados por ti.
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