sábado, 14 de enero de 2012

014

Escribo para conocer, para explorar dimensiones de la realidad que sólo la literatura penetra. Escribo también para recordar. Pero, no menos, escribo para olvidar. Escribo para extender mi cuerpo, mis sentidos. Comprobar día a día la sensualidad del mundo. Escribo por placer. Escribo por deseo. Escribo por rabia. Escribo para señalar la falsificación de los íconos, el abuso de los poderes públicos. Escribo para ser odiado y ser amado: más aún, para ser deseado.

Alberto Ruy Sánchez - La mano del fuego


Retomando la lectura que dejé de este libro... Uno de los muchos señalamientos con que he adornado sus hojas, para indicar algún fragmento que me ha gustado mucho.

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~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~

1 comentario:

Gabriel Cruz dijo...

Y bueno, es que el escribir es una enorme extensión del espíritu, no hay que dejarlo y permitir que esta sea una herramienta efectiva para que podamos expresarnos y comunicarnos :)

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