jueves, 15 de julio de 2010

Incógnita

Escombrando papeles, me encontré este escrito mío:

¡Hola!
Si, te saludo a ti que estás en mi mente constantemente.
Yo estoy feliz de toparme nuevamente con tu recuerdo que, por cierto, a cada rato me lo encuentro.
Solo quería saludarte, sonreír y esperar nuevamente a encontrarme con tu recuerdo. Claro, prefiero saludarte a ti en vivo y a todo color.
Mientras tanto, queda una sonrisa en mi rostro y una enorme calidez en mi corazón.
Dic. '95



Ahora que lo releo pienso: Eh... ¿De quién era el recuerdo al que saludaba?. Lo he olvidado...


Gran lección de la vida: Nada es permanente.


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~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~

1 comentario:

Gabriel Cruz dijo...

Quizá la palabra pueda ser permanente ¿te late? por ello creo que es conveniente llevar un diario, para no olvidar aquellas viejas emociones y para saber qué se hizo cuando estábamos sufriendo alguna situación, para no repetir los errores :P

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