miércoles, 23 de enero de 2008

Niñez

Curiosa! Soy muy curiosa y por andar averiguando, me entero de cada cosa... ¡Qué barbaridad!

Hace unos días, mientras conversaba con mi sobrina Akaliana por msn noté que tenía puesta una dirección de su myspace. Por lo general no presto mucha atención a las direcciones que uno pone como status en el mensajero, pero como se estaba autopromocionando sin palabras, decidí ir de metiche y ver cómo era el tan mentado myspace.

Lo primero que encontré en su perfil es que también tiene un blog y curiosa me puse a leer su último post que era claro, directo, fluído y bastante agradable de leer. Así que más curiosa, me puse a leer el resto de sus post (que no eran mucho, por cierto). Su forma de escribir es divertida, anecdotaria, cuestionante (ok. no sé si existe esta palabra como tal, pero me gustó como suena)... Rico de leer.

Y todo muy bien hasta que... Chan-chan-chan-chan!!! En uno de ellos decía que yo era una niña! (bueeno, no es tan terrible porque lo dijo con mucho cariño: "la niña que tengo por Tía")... Y sólo porque yo estaba toda emocionada en noviembre-diciembre cuando llegué con dos albumes de estampitas para coleccionar (Pucca y Ávatar) que había comprado.

Yaaaaaaaa... ni aguantan nada... Pero bien que nos ponemos las dos a ver Sakura Card Captor, o Ávatar, también 31 minutos... o la promesa de ver juntas Sailor Moon... Y si, realmente disfruto dejar salir a la niña que sigue viva en mi interior.

Disfruto muchísimo de ver caricaturas y peliculas infantiles, me emociono con un helado o una paleta, me gusta jugar, amo entretenerme cuando miro el cielo y busco formas en las nubes... o cuando me asombro ante la maravilla que hay en mi alrededor... cuando me apasiono con algo...


El domingo pasado volví a ser una niña. En la clase de Tai chi, estamos practicando una forma de espada. Para soltarnos un poco más en los movimientos, nuestro maestro nos indicó que en parejas "peleáramos" con las espadas. "Sean como los niños cuando juegan espadazos", fué la instrucción.

Primero combatí con un compañero, pero lo hacíamos con cierto temor de no lastimarnos. Cambiamos de pareja y la siguiente que me tocó era lo contrario: muy rápida y brusca. Otro cambio y un compañero más, pero él era más técnico: "Pinta bien todo el corte. Mueve más la muñeca, arregla la posición de tu cuerpo..." O sea, que más trataba de corregir que de permitir la soltura del movimiento así como su espontaneidad.

Finalmente me tocó practicar con Javier ¡y gocé espadear con él! Realmente fuimos un par de niños jugando a los espadazos, con diálogos inventados, que si nos "heríamos" nos recuperábamos mágicamente y seguíamos con el juego... Volví a ser niña.

Terminando la clase, cuando mi maestro y su esposa me daban aventón a mi casa, me comentó que Javier y yo logramos lo que él nos había pedido, jugar como niños y seguir peleando sin detenernos.

No lo sé... pero yo sí que me divertí!

Y ustedes... ¿qué tan seguido dejan salir al niño que hay en su interior?

1 comentario:

La Blu dijo...

cuando juego a las cosquillas con Armando y nos correteamos por la casa, o cuando me escondo abajo de las cobijas para que me encuentre :D

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