miércoles, 1 de agosto de 2007

Vivir el presente (día 6)

¿Creyeron que hoy se me olvidaría la entrega de Palabras a la carta? ¡pues nones! Aquí está para la reflexión...

De los días anteriores:
Siguiendo con las entregas de Palabras a la carta de Jorge Bucay....

Aquí, las anteriores entregas.









Palabras a la carta
Día 1: Decisión.
Día 2: Amor.
Día 3: Amor verdadero.
Día 4: Duelos.
Día 5: Egoísmo.
Día 6: Vivir el presente.
Día 7:
Día 8:
Día 9:
Día 10:
Día 11:
Día 12:
Día 13:
Día 14:
Día 15:


Día 6: Vivir el presente.
Día 16:
Día 17:
Día 18:
Día 19:
Día 20:
Día 21:
Día 22:
Día 23:
Día 24:
Día 25:
Día 26:
Día 27:
Día 28:
Día 29:
Día 31:
Día 31:


Buen miércoles!!


Marta acababa de descubrir que era egoísta, y lo que era peor, se sentía un tanto orgullosa de serlo. Las "palabrasalacarta" del día anterior la habían dejado muy contenta. Siempre había sentido que la propuesta de Elevar la Autoestima no alcanzaba a definir la mejor relación que ella pretendía tener consigo misma. Quizás se debiera a que esas palabras habían sido tan mal usadas en los últimos tiempos, que terminaron siendo capturadas por los mercaderes de ilusiones, los publicistas baratos y los políticos de mala fe. Al salir de su trabajo, había pasado por la tienda de la Avenida para comprarse esa chaqueta a la que le había echado el ojo desde hacía más de un mes. Hoy sentía, por primera vez en muchos años, que podía cuidarse y regalarse alguna cosa que deseaba sin sentirse en falta con los que tenían menos que ella.

Ya habría tiempo para pensar en la culpa, quizás debía preguntarle al portal sobre ese sentimiento. Por ahora su única sombra era la factura de su tarjeta de crédito. Marta sabía que esa compra no descalabraba su cuenta bancaria, ni dejaba en rojo su saldo pero siempre le gustaba tener una reserva. Así había aprendido de sus padres.

Abrió el ordenador y en el recuadro anotó:

GUARDAR PARA MAÑANA

La pantalla se tiñó de un celeste pálido y apareció el siguiente texto:

… Para vivir se necesita estar anclado al presente, ya que la única vida verdadera es aquella que transcurre aquí y ahora. Nosotros los neuróticos vivimos permanentemente oscilando entre un qué-lindo-hubiera-sido-si... y un qué-lindo-va-a-ser-cuando...

Usted no podrá disfrutar ahora de la lectura si está pensando que cuando termine de leer y se libere de todas estas preocupaciones que lo inquietan, va a poder disfrutar de esa cena maravillosa en el restaurante, que hace tanto tiempo que deseaba conocer. Sin embargo debo decirle que cuando esté cenando tampoco va a poder disfrutar porque va a pensar qué lindo va a ser cuando llegue a su casa y pueda finalmente acostarse a dormir porque está tan cansado. No se haga demasiadas ilusiones. Ya en la cama quizás no pueda dormir demasiado, pensando cuánto trabajo tiene para el día siguiente. Trabajo que sería placentero si no fuera porque mientras curra va a estar calculando cuanto le falta para poder comprar el piso que se quiere comprar.

Y lo peor, sabe qué es lo peor… que el día que lo tenga no conseguirá disfrutarlo del todo porque lo más probable es se quede lamentándose de aquello-que-debió-haber-disfrutado-si-antes-se-hubiera-dado-cuenta-
de-lo-que-ahora-se-da-cuenta-que-debió-disfrutar-en-aquel-momento.
Y que ahora no tiene arreglo porque ya es tarde…

Para bien o para mal lo único absolutamente real es el presente, y todo lo depositado allí, en el pasado o allá en el futuro, es o un recuerdo o una fantasía y no existen en el mundo real.

Deberíamos desafiarnos a permitir que cada cosa nos sorprenda; vivir cada instante de experiencia, sin anticipación, sin condicionantes, sin miedos. Proyectarnos al futuro pero no habitar en él. Siento la misma sensación que frente al viejo chiste del señor que visitaba un sanatorio psiquiátrico y veía a los pacientes que al grito de "¡Qué bonito va a estar el jueves!" se zambullían de cabeza en la piscina
El señor preguntó: -¿Qué va a pasar el jueves?
Y le contestaron: -¡El jueves llenarán de agua la piscina…



Pd. Una recomendación... Antes de aceptar e incorporar a su vida las ideas de otras personas, analícenlas, sopesenlas, vean qué tan cómodos se sienten con ellas, si les permite crecer.... No crean a pié de la letra todo lo que lean o les digan, como si se tratasen de palabras divinas o ley universal. Todos tenemos nuestras propias verdades personales...

1 comentario:

Maria dijo...

Me ha gustado mucho tu blog, mi enhorabuena y gracias por compartir esos relatos, verdaderamente deberiamos aprender a aplicar todas esas reflexiones

Un saludo ;)

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