Me siento adolorida y cansada.
Anoche amenazaba con caer una tromba por la oficina y decidí no ir a clase de danza árabe para llegar temprano a casa. La lluvia caía pero no tan fuerte como el cielo amenazaba; más parecía una tormenta eléctrica que el diluvio final.
Pasé a la tienda a comprar unas cuantas cosas y casi llegando a mi casa, mis vecinos (una segunda familia para mi), estaban paleando arena que había frente a su casa, intentando evitar que se encharcara. Están re-construyendo totalmente su casa y la obra recién comenzó; los materiales de construcción estaba plagada por todo su patio pero la arena se las habían dejado justo en la entrada y sobre la banqueta.
El encharcamiento era grande, pues la arena obstría el paso del agua hasta la coladera. Y ahí estaban mi vecina, su esposo y el papá de ella, paleando.
Los saludé, mirando cómo la lluvia caía sobre ellos mientras intentaban poner casi media tonelada de arena junto a la barda. Bromeamos con su invitación "a hacer ejercicio". Llegué a mi casa, dejé las cosas, me cambié la ropa y salí con ellos a ayudarles.
Paleamos por hora y media en medio de bromas, risas y cantos (cantando "nadaremos, nadaremos" de la película Buscando a Nemo)... hicimos memoria de cuando éramos niñas y jugábamos con la arena o con lo que hubiera a nuestro alcance.
No me quejo tanto... Fué una noche húmeda y agradable. :)
Pd. Hoy estoy adolorida de los brazos, los hombros y la espalda... No es lo mismo "Los tres mosqueteros" que "Veinte años después". :S
1 comentario:
enténdamoslo de este modo:
catafixió sus clases de belldance por algo de trabajo físico urbano... al final, seguro que quedó complacida y feliz, ya ve que usté es la pura ondura en eso de ser cuata chida.
la quiero, téngalo presente.
Publicar un comentario