Una que se esfuerza tanto por mantener una creíble apariencia de calma y sosiego, evitando mostrar la inquietud que provoca su presencia y morirse de las ganas de decirle que me muero de ganas de...
¿Cómo es posible que en un evento al que muchas personas acudimos de improviso y mero relleno, pueda ser el marco de mi lucha interna por conservar esa apariencia tan estudiada que se contrapone con mil sensaciones al tenerle tan cerca?
Aún puedo aspirar en el recuerdo esa loción que me encanta cómo le queda...
Mi talón de aquiles: mi memoria olfativa.
3 comentarios:
A veces, esos improvisos cuestan más trabajo porque no da tiempo de ponerse en modo aquí no pasa nada.
Vamos Mariposa, a pesar del aleteo en tu pancita, cada día que pasa es un avance.
Un abrazo solidario.
si el cuerpo no tuviera memoria, sería más fácil pasar al siguiente tema... pero ya ves, los recuerdos asaltan y traicionan.
Muchas gracias Ileana. No me arracho y sigo adelante. :)
Bluesita he llegado a pensar que esta memoria corporal es tan bendición como maldición...
Mejor lo gozo, que sería triste no recordar de vez en vez lo que alguna ocasión estremeció nuestra piel y el corazón. ;)
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