Colores, sonidos, sabores, olores, texturas

Todo pintaba para ser un fin de semana único y yo estaba dispuesta a vivir cada momento, cada vez más conciente de lo especial que es cada tiempo compartido.

El cielo me regaló un hermoso atardecer para disponer mi ánimo a una noche igualmente hermosa, pese a la lluvia y al frío que se soltó de imprevisto.


Como el sábado se canceló la presentación de Tai Chi, dispuse de todo ese tiempo para compartirlo con mi familia, mis seres amados... Caminar por Coyoacán siempre ha sido un goce especial: recuerdos de mi niñez y disfrute de mi presente y risas continuas para desgranar.

Como nuevamente se puso a lloviznar en la tarde, muchas personas buscaron un lugar donde guarecerse, y me pareció ocurrente esta imagen: en el atrio de coyoacán que está enrejado, las personas miran detrás de esas rejas y encima una manta en la que sobresale en rojo la palabra Neurosis. ¿Neuroticos? ¿aquí en el D.F.? Náaaaaaa....




Para seguir disfrutando de los paseos, me acompañaron a ver una presentación de mi maestra de danza árabe, allá en el Centro Comercial Perisur. Definitivamente es un baile de gran sensualidad...



En todo este recorrido nos topamos con un vendedor de flores y ví que tenían mi flor preferida: Gardenias. Así que compré tres ramitos: dos para regalar y uno para mi... Puse junto a mi cama ese ramito de gardenias y ahora perfuma mis sueños...


Y el tacto, siempre presente en éste paseo por los sentidos: el abrazo constante de quienes amo.