No sé si es bueno o malo, pero sé que aún después tanto tiempo de escrito estas letras me siguen doliendo, aún le miro girones de mis sentimientos colgando de las palabras.
Tuve que reflexionar largamente y me preguntaba ¿por qué? ¿por qué es que aún me afecta esto que escribí? Mis sentimientos al entonces destinatario ya no son el motivo de tales dolores, así que no es por rememorar algún viejo amor... Entonces ¿qué es lo que hace que duela?.
Me llevó un buen rato pensarlo con calma, abrirme mis miedos y mis heridas (si, duelen las heridas viejas), encontrar respuesta a los por qués. Y lo supe, y me costó el doble de trabajo aceptar esas razones que tanto duelen...
Duele la ilusión fallida. Duele soñar despierta aún cuando la realidad te diga que debes mantener los ojos abiertos. Duele aceptar que uno cierra los ojos a las señales que dicen "peligro".
O como diría Silvio (y que puse en mi tesis):
Te amo tanto que me duele.
Puedo decir del amor que tuve que
no es inmortal puesto que es llama
pero que es infinito en tanto dure...
Vinicius de Moraes.¿Sabes?... Te amo.
Te amo tanto que me duele.
Me duelen tus largas ausencias, me duelen tus noches esporádicas en mi cama, me duele tu sentido del humor hiriente e irreverente, así como me duele tu trabajo que te absorbe todo tu tiempo y que te fascina.
Y también me duelen tus escritos de madrugada que esperan mi inmediata respuesta, y me duele tu insomnio aprendido, así como tu impresionante delgadez al rechazar alimentar más tu endeble cuerpo (pienso que sí por ti fuera, no comerías más que sueños o conocimientos, que te son más preciados que cualquier manjar).
Me duelen tus tres camisas que cuelgan solitarias en mi armario, diario recordatorio de que no vives conmigo pero que dejaste ahí "por si acaso"... Me duele ilusionarme y comprar pequeñas cosas que podría deleitarte -un alimento, una flor- y ver que se secan o se amargan sin ser disfrutadas, porque no estás (lo siento, a mis gatos no les gusta el dulce).
Y entonces, cuando el cansancio y la indiferencia comienzan a tomar tu lugar.... llegas de nuevo llenándolo todo. Y miro en tus ojos ese destello de amor, amor extraño para mí, y ríes, y hablas, y cantas, y acaricias, como si el tiempo no hubiese pasado por tu mundo.
Y me atraes a ti, como la tierra atrae a la fruta del árbol para ser nutrida por su esencia. Y río de tu irreverencia, y gozo de tu ingenio, y me enciendo en tus besos, y olvido el dolor... hasta tu próxima ausencia.
Nuevamente tu silencio, tu ausencia, tu no-estás, lo llena todo.
Me duele hacer proyectos que no son compartidos por ambos. Me duele hablarte de mi dolor, mostrarte mis heridas, de tu mirada llena de asombro y confusión, de tus palabras asegurando que las cosas no son como yo las percibo, que hay mucho por entender pero que me amas, y, una vez más, repetimos nuevamente el ciclo de presencia-ausencia.
......
Te amo tanto que me duele.
Y por ello mismo, porque te amo tanto y porque me duele, por el bien de ambos hoy te digo adiós.
Mariposa de humo
17 /Abril /04 - 3:39 pm
2 comentarios:
Gracias mariposa por compartir estas letras que me impactaron por el dolor y mi propia vivencia, pero aún así no dejan de ser hermosas.
Te mando un abrazo en la distancia amiga.
wow! me dejaste bruta pero me encanto lo que escribiste, yo amo a un hombre que tambien me ama, pero que esta muy lejos de mi, viviendo en otro pais y tambien lo amo tanto que duele. Y mucho.
Hermoso tu blog, mariposa.
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