Reflexiva
Hoy no siento inspiración... Me siento como en el limbo, no encuentro mis emociones. Me resulta extraño esta sensación, pero no me inquieta (¡claro! ¿cómo me va a inquietar si no sé dónde están mis emociones?).
Quizás se me quedaron en el zócalo...
El sábado estuve allí; me llené de Silvio, de gente que estuvo también ahí parada por horas y horas esperando, platicando, bromeando, riendo, esperando... Estuve ahí con el bello Pedromex y su novia tomando fotos, mirando a nuestros alrededores, casi mojándonos con la lluvia.
Ellos llevaron paraguas, yo no. Yo quería mojarme, quería sentir cómo el agua humedecía mi pelo, cómo mojaba mi ropa, cómo las gotas resbalaban por mi piel... Pero la mayoría llevó paraguas y quisiera que no, me tocó también estar cubierta y casi no pude sentir la lluvia bañándome, solo unas cuantas gotas que caían de los paraguas y mojaban mi brazo.
Pero me empapé de música. Me llené de risas. Me saturé de colores.... y al final, me engenté. Fué demasiado para lo que acostumbraba a lidiar. Sonidos, aromas, calor, humedad, cansancio...
Volvimos a corear las canciones que tocó en el auditorio. Y también cantó Lázaro García. Y cantó Fernando DElgadillo. Y cantó Daniel Viglietti... Y Silvio cantó. Y los hombres cantaron. Y las mujeres cantaron. Y los niños cantaron. Y los que estaban en los edificios alrededor también cantaron... y el cielo cantó... Le dijeron a Silvio: "Esta canción debería ser escuchada por todos los políticos". Justo esa canción yo la había escuchado en la mañana y pensé que debo tenerla siempre presente.
Ese hombre que por hechos o por dichos
es amado tanto,
ese hombre que por dichos o por hechos
es alabado tanto,
se cuide de sí, se cuide de él solo
porqué hay un placer perverso en creer
merecerlo todo,
se cuide de sí, se cuide de él solo
porqué el mismo don que lo levantó
puede ahogarlo en lodo.
Después de pedir tantas veces que saliera a cantar "la última y nos vamos", finalmente a media noche partimos de la Plaza de la Constitución, con la noche sobre nosotros y la bandera ondeando a lo alto. Pasos despacios, lentos, cansados; miradas perdidas a lo lejos, inundados de tantas notas...
..............
Si, ahora que lo pienso, creo que fué allí donde se me quedaron las emociones, cuando nos alejamos después del concierto sin saber bien a bien si reír o llorar o cantar... Tendré que ir después para buscarles nuevamente... creo que se quedaron colgadas de la bandera.
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