Malos pasos

Después de la deliciosa empapada que me dí en la noche al salir de la oficina, de ver extasiada cómo se levantaba en las calles el vapor de la lluvia evaporada dejando tras de si un increíble olor a tierra mojada, agradecida y renovada, después de sentirme energetizada por todas estas sensaciones, hoy amanecí con mi naturaleza más despierta que antes.

Caminar por Ciudad Universitaria esta mañana era una delicia por la explosión de colores: las calles se notaban limpias, los árboles cargados de hojas verdes brillantes, las jacarandas cayendo en lluvias lilas dejando a sus pies alfombras maravillosas.

Esto último me encanta: ver las jacarandas, que se notaban así como en la foto que pongo a continuación, antes de seguir con mi relato:

Jacarandas

Pues bien, ante tanta belleza mañanera no pude sustraerme, y así caminando embobada ante tan maravillosas imágenes, es que me ocurrió: di mi mal paso.

No lo observé. No me había percatado de su presencia hasta que estuvo delante de mi, hasta que le sentí en forma abrumadora, provocando en mi una intensa sensación que hacía muchísimo tiempo no sentía...

Tras el breve encuentro, que por la misma intensidad me pareció que fue muchísimo tiempo, me fuí a la oficina caminando despacio, con el cuerpo aún tembloroso por las sensaciones, con la respiración agitada y la mirada brillante, pensando en lo que me ocurrió.

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Maldito piso levantado ¿cómo fué que no lo ví al caminar?. Y hoy que volví a traer sandalia... Por suerte no me rompí ningún dedo del pié; al menos no aparece nada en las radiografías que me fuí a sacar hoy.

Qué terribles son estos malos pasos! La vez anterior que me ocurrió uno parecido, hace ocho años, fue cuando me golpee el dedo meñique del pié izquierdo con la pata de la cama... mes y medio enyesada por la fractura en esa ocasión. Hoy no. Sólo serán fomentos de agua caliente y un poco de pomada.

Tssssss... debo tener más cuidado al caminar.

Actualización: El área donde me golpee comienza a adquirir un lindo color "flor de jacaranda", o sea, violáceo... ya camino como Chester.