lunes, 9 de noviembre de 2009

Fénix rojo



Camino con los ojos entrecerrados. El cansacio y la falta de horas de sueño cuelgan de mis pestañas. Cada músculo de mi cuerpo se queja al ser tensionado, al aflojarse, en cada reacomodo... fueron llevados al máximo, obligados a dar casi todo de sí, a demostrar que aún con los años siguen siendo fuertes y conservan su dureza, como en la juventud.

Sudé y jadée en un intento por controlar mi ansiedad de acabar con rapidez, pero al mismo tiempo deseaba prolongar más la experiencia. Al final la satisfacción, aunque no lo estaba del todo completa. Vi mis fallos, mis errores, mis descuidos...

Tengo que trabajar más en las formas y controlar con mayor precisión los movimientos, pero creo que pasé el exámen. Pronto seré Fénix Rojo.

Ya me había tardado en mi evaluación de Tai Chi por las salidas de trabajo, pero me siento feliz.


Pd. Ayer fui a ver por segunda vez El Latido del Tambor ("The Drummer"), esta vez en compañía de mi sobrina. Buenísima película! volví a llorar... Ahora a esperar que proyecten Violines en el cielo ("Depatures") en la Cineteca a finales de mes. Prepararé mis pañuelos desechables para el lagrimón.


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~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~

1 comentario:

Edmundo Dantés dijo...

The Drummer no la he visto, pero la voy a buscar, tomando en cuenta lo que de ella dices.

Por el contrario, Departures ya la ví, y la encontré sensacional, realmente bellísima. Luego nos cuentas que te parece a tí.

Saludos.

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