lunes, 14 de septiembre de 2009

Cae más pronto...


... un hablador que un cojo.

La última semana me he concentrado en preparar mi exposición sobre Autocontrol para la clase de Tai Chi. Finalmente me sentía preparada para este domingo en que jugarían los Pumas y se presentaría Silvio Rodríguez junto con Roberto Rodríguez Retamar.

Erik, nuestro Profesor, inició la sesión con una agotadora serie de ejercicios entre dos personas en el cual "lanzamos" patadas a los hombros del compañero (o los que no podían tan alto, a la cadera). Cansados y acalorados, continuamos la práctica fuera del salón para refrescarnos todos (también el salón) y ya para terminar retornamos al Salón Limón para que yo diera mi exposición.

De todo lo que llevaba apuntado y el ejercicio para hacer quedaron arrumbados a un lado. Dejé que fluyera el tema y los apuntes solo los hojeaba para ver si algo me faltaba. La dinámica quedó a un lado pues con el ejercicio que nos puso al inicio Erik, fue más que suficiente para ejemplificar lo que estaba diciendo. El profesor ahondó algunos puntos y enfatizó un par de detalles para no olvidarlo. Solo hubo una pregunta por falta de tiempo.

Camino a Taxqueña, me felicitó el profe por la exposición. Me sentí como niña de kinder con su estrellota en la frente: muy orgullosa.

Llegué a casa y fui al mercado a comprar algunas cosas pero el tiempo se fue volando y cuando miré el reloj ya eran las 5 pm. Yo había comentado a un amigo tropero que iría al Auditorio para saludarles aunque no entrara al concierto, pero en ese momento me sentía molida del cuerpo, adolorida de las piernas y estaba lloviznando... Todo me hacía desear quedarme en casa a descansar.

Me armé de mucha voluntad para decidirme a salir, y antes le comenté a mi sobrina que iría a ver a mis amigos pero no iría al concierto; le pregunté si querría ir y comenté que podría ser que consiguiéramos un boleto... Ella no quiso, incluso me dijo que no tenía dinero. No insistí mucho y partí a ver a mis troperos queridos.

Llegué poco después de las 6:30 pm y me entretuve comprando unas camisas para mi sobrina y para mi antes de buscar a los troperos. Me dió muchísimo gusto verlos, llegados de tantos lugares de la república, tantos años sin mirarles.... Ver a mi hermano y a la famila tan crecida y guapísimas las tres (mi cuñada y mis dos sobrinas). Todo era como un riquísimo pastel que estaba degustando.

Claaaaro! No podía faltar quienes me dijeran "¿qué no se suponía que no ibas a venir al concierto?". Risas y bromas por mi post en el que decía que no iría. Y les respondía que efectivamente no iba a ver a Silvio, sino que estaba ahí para verlos a todos ellos, pues además yo no tenía boleto. Me miraban con incredulidad y sorpresa, como bicho raro. Mi hermano también sorprendido me dijo "vamos a ver si te conseguimos boleto".

Y si... conseguimos un boleto. Yo, con toda mi desinterés de hace varios días por el concierto, estaba bien instalada en Palco. Si mi sobrina hubiera ido, le habría dado el boleto para que entrara ella, pero lo único que pude hacer en su honor fue disfrutar el concierto y llorar en silencio en muchas de las canciones.

Por habladora, caí pronto en el concierto... Quede aquí mi constancia de ello (de que soy bieeen habladora).

(Pude colar mi cámara pero no la saqué sino hasta el final, con la que grabé la última canción)


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~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~

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