Aquí, las anteriores entregas.
Palabras a la carta | |
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Día 1: Decisión. Día 2: Amor. Día 3: Amor verdadero. Día 4: Duelos. Día 5: Egoísmo. Día 6: Día 7: Día 8: Día 9: Día 10: Día 11: Día 12: Día 13: Día 14: Día 15: | Día 6: Vivir el presente. Día 16: Día 17: Día 18: Día 19: Día 20: Día 21: Día 22: Día 23: Día 24: Día 25: Día 26: Día 27: Día 28: Día 29: Día 31: Día 31: |
¿Quién escribía estas respuestas que mostraba el ordenador? Nadie podía escribir una réplica tan inmediata ¿Cómo se generaban entonces? Era evidente que la respuesta a cada ingreso estaba ya determinada. Posiblemente una serie de palabras "clave" pre-elegidas por alguien, enganchaban con otros tantos textos seleccionados con anterioridad para cada tema. Era sin lugar a dudas una buena idea.
Se dijo que debía pasarle el dato a sus compañeros todavía más adictos que ella a la computación… Y después pensó "todavía no".
Quizás por eso en la página de palabrasalacarta.com esa tarde escribió:
EGOISMO
… Si intentáramos definir el egoísmo en sentido estricto deberíamos hacerlo como el amor liso y llano por uno mismo. Aun diferenciando la palabra de sus parientes lejanos, la egolatría y el egocentrismo, una pregunta aparece en nuestra mente. ¿No es malo eso?
La creencia popular responde que el problema del egoísta no está en que se quiera sino en lo desmedido de ese amor, y sigue "si uno se quiere demasiado a sí mismo no tiene espacio para querer a los otros.. "
Todos podemos darnos cuenta de que no es bueno para nadie individualmente ni para la humanidad que cada uno se quede centrado en si, mirándose el ombligo; sabemos que el ser humano es un ser social y entendemos por qué el egoísmo visto así es una cosa tan mal calificada.
Faltaría saber si es cierto que por quererse mucho uno se queda sin espacio para querer a los demás. Esta es una idea tan graciosa como falsa que parte de creer que existe una capacidad de amar limitada. Es como decir que si uno tiene 11,28 unidades internacionales de amor, y las usa todas en si mismo no le queda nada de amor para los demás (??). Pregunto: cuando uno ya tiene un hijo y luego tiene otro, ¿debe dejar de querer al primero para empezar a querer al más chico? ¿De dónde se saca más capacidad de amar a los nuevos amigos? Si quiero mucho a mi esposa ¿significa esto que no podré querer a ninguna otra persona en el universo mientras la siga queriendo a ella?
Afortunadamente la verdad es otra. Nuestra capacidad de amar, no es matemática ni limitada.
Es falso que alguien "no quiera a los demás" porque se quiere mucho a sí mismo.
Puede ser cierto que exista alguna persona que no quiera a nadie, pero su motivo no está en su demasiado amor por si mismo. Será un antisocial, un negado o un resentido, pero eso no es ser egoísta.
Se habla mucho del peligro de caer en el egoísmo y poco del peligro de hacerle creer a los niños sobre todo, que quererse a sí mismos es malo.
Cuanto más cuando es justamente al contrario.
La psicología demuestra que el amor por el otro proviene y se nutre de la propia capacidad de amar que comienza con la capacidad de amarse a sí mismo.
No hay amor que no empiece en el amor que uno se tiene y por lo tanto quien dice que quiere mucho a los demás y poco a sí mismo, miente.
En todo caso habrá diferentes maneras de ser egoístas, y dependerán de quien soy y no de cuanto me quiero. Habrá un egoísmo bueno y sano que es el que sienten aquellos de corazón bueno y sano. Y habrá un egoísmo enfermo, el que sienten los mezquinos, los envidiosos, los canallas, los miserables, los psicópatas incapaces de conectarse con el amor al prójimo.
Piense. Cuando alguien le llama egoísta ¿que le dice?
Le dice (aunque no lo diga): - No pienses en ti… piensa en mí!!
¿Quién es, en todo caso, el egoísta?
Pd. Estos son mis últomos días de vacaciones... para el próximo lunes estaré en contacto más seguido... ¡felices días!
2 comentarios:
"La psicología demuestra que el amor...." ufff! Parece lo más sencillo y evidente... pero es lo más difícil!
Un abrazo!
Y con todo y los sentimientos... como no dejar de lado eso que a unos les hace sentir màs!
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