Historias en el Metro

Metro!
Originally uploaded by .-Marianitux-..

Como el lunes no trabajamos (los administrativos hicieron huelga de 12 horas en la UNAM y nos dieron el día a los demás), decidí aprovechar el día para comprar unas cosas al centro. Caminé entre puestos ambulantes y comercios establecidos, asombrándome de la cantidad de personas que ya vivimos en la ciudad.

Ya que me desocupé de mis compras, pensé en ir a coyoacán para pasear un rato, ir a un café internet y revisar mi cuenta Flickr. Decidida en mi plan, me fuí al metro Hidalgo para ir rumbo a Metro Coyoacán.

En el vagón habían muchas personas de traje saliendo de su oficina, y aunque estaba casi vacío el vagón, muchas personas estábamos de pié. Para hacer menos aburrido el viaje, me puse los audífonos para escuchar música en mi reproductor mp3. En una estación muchos asientos se desocuparon y los que estábamos de pié nos fuimos a sentar, y ya en mi asiento quedó frente a mi visión un muchacho de unos 28 o 30 años, vestido de traje y guapetoncillo.

Lo miré con atención y pensé que, por el estilo de peinado y el tipo de rostro, se parecía mucho a Tuxmemento; recordé la reunión del sábado y mi menté se perdió entre muchos recuerdos y reflexiones. No me había dado cuenta de que en todo ese rato mi mirada no se había apartado del muchacho, hasta que en un movimiento nuestros ojos hicieron contacto.

Me sentí apenada al darme cuenta de que lo había observado directamente por mucho rato, y tímidamente le sonreí en un intento de desagravio por invadir su espacio (recordé el libro "El Clan del Oso Cavernario" y mucho de la comunicación no verbal). El chico me sonrió divertido al notar mi turbación y, tras mi disculpa gestual, seguí escuchando música y mirando hacia otro lado, tratando de evitar mirarlo nuevamente.

Claro!, eso era muy difícil porque estaba justo en mi línea visual y cada que nuestras miradas cruzaban, me volvía a sonreír y yo le correspondía aún apenada.

El metro se llenó, nuestro intercambio de miradas se interrumpió y yo me preguntaba asombrada por qué me seguía sonriéndo, por lo que supuse que mi reacción lo habría divertido.

Seguí canturrenado bajito mis canciones y "bailándolas" con la cabeza, o al menos intentando marcar el ritmo; en ese baile personal fue que me volvió a mirar el muchacho aquél, cuando la mayoría de las personas bajaron y el vagón quedó nuevamente libre así como nuestro contacto visual.

Él ya estaba sonriéndome abiertamente y yo me sentí más apenada. Halagada -no lo voy a negar-, pero desconcertada porque no me ocurría algo así desde que tenía 20 años; al no saber cómo reaccionar, sólo se me ocurrió hacerle "al Tío Lolo" y seguir cantando y bailando mirando hacia otro lado.

Finalmente llegamos a una estación donde él se bajo, y se acercó a la puerta más cercana a donde estaba yo. Pudo más mi curiosidad y lo miré una última vez: él volteó su rostro hacia mi, me dedicó una amplia sonrisa de conquistador y me guiñó el ojo. Toda su actitud mostraba alegría, confianza y coquetería (de esa coquetería masculina y juvenil que no deja de asombrarme).

Asombrada y con una sensación del tipo "lo conozco de toda la vida", le sonreí yo también con un gesto de cabeza, como una última despedida.

Ese extraño hizo mi día. Hacía mucho tiempo que no sentía el halago de un galanteo y me volví a sentir como una jovencita de veintitantos años. :)

Pd. Olvidé poner un postdata al escribir el post y ahorita se me olvidó qué pensaba poner al final. Es lo malo de llegar a cierta edad en que se le olvidan a uno las cosas. ¡jé!