martes, 15 de agosto de 2006

Mi árbol y yo

Mi padre y yo lo plantamos
en el límite del patio
donde termina la casa...
- Alberto Cortéz -



Mi padre lo plantó frente a la casa hace 30 años. En ese entonces era un llano de pocos árboles y muchas piedras, además de pasto alto donde solían llevar algunas vacas a pastar. Se veía endeble en comparación con el Álamo frondoso que estaba a su lado, aunque no era muy alto el presumido árbol de hojas blancas y verdes.

Ha sobrevivido a aquellas vacas, a lluvias fuertes, granizos que destrozaron sus hojas y a su peor enemigo: los hombres de la compañía de luz que tienen como consigna podar hasta el tronco todos los árboles que ahí habían. Y contra todo ello, siguió creciendo.

Ahora lo buscan los automovilistas porque ofrece una agradable sombra en los días calurosos. Entre sus ramas cobija el canto de los pájaros y ahora guarda un preciado tesoro: las risas, la imaginación y los sueños de varios niños que lo han elegido como su resguardo, para construír en él la casa del árbol.

Amo ese árbol de hule. Espero que siga creciendo, cobijando también mis recuerdos de la infancia.

hule 1 hule 2


MI ARBOL Y YO
Letra y Música: Alberto Cortez


Mi padre y yo lo plantamos
en el límite del patio
donde termina la casa.
Fue mi padre quien lo trajo,
yo tenía cinco años
y él apenas una rama.
Al llegar la primavera,
abonamos bien la tierra
y lo cubrimos de agua;
con trocitos de madera,
hicimos una barrera
para que no se dañara.

Mi árbol brotó...
mi infancia pasó...
Hoy bajo su sombra
que tanto creció...
tenemos recuerdos
mi árbol y yo.

Con el correr de los años,
con los pantalones largos
me llegó la adolescencia.
Fue a la sombra de mi árbol,
una siesta de verano,
cuando perdí la inocencia.
Luego fue tiempo de estudio,
con regresos a menudo
pero con plena conciencia
que iniciaba un largo viaje,
sólo de ida el pasaje
y así me ganó la ausencia.


Mi árbol quedó
y el tiempo pasó...
Hoy bajo su sombra
que tanto creció...
tenemos recuerdos
mi árbol y yo.

Muchos años han pasado
y por fin he regresado
a mi terruño querido.
En el límite del patio,
allí me estaba esperando,
como se espera a un amigo.
Parecía sonreírme,
como queriendo decirme:
"Mira, estoy lleno de nidos"...
Ese árbol que plantamos
hace tantos, tantos años,
siendo yo apenas un niño.

Aquel que brotó
y el tiempo pasó....
Mitad de mi vida
con él se quedó.
Hoy bajo su sombra
que tanto creció....
Tenemos recuerdos...
Mi árbol y yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oh que lindo.

Bartolina dijo...

Bello blog.
Saludos,
Bartolina

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