sábado, 17 de junio de 2006

Recuerdos IV

18 de junio, Día del Padre...


Muchos de mis recuerdos sobre él se han perdido entre la niebla de LoQueYaNoEs, pero hay algunos que persisten en mi memoria.


Papá en su camión Uno de ellos es su pasión por arreglar coches: el motor de sus camiones, el motor o lo que fuera de los coches viejos que compraba (precisamente, para arreglarlos). Le encantaba arreglar cosas, en cierta forma, crear con sus manos. Siempre tuvo las manos duras y callosas, pero me enorgullecían esas manos rudas, porque fueron trabajadoras.


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Papá jugando bolicheMi memoria olfativa me es de gran importancia, aunque he sentido el desdén de alguna persona por ese gran valor que le doy a ella. Muchos de mis recuerdos y de mis sentimientos están sutilmente ligada a esta memoria olfativa.

Hay dos aromas que me recuerda sobre todo a mi padre, uno de ellos es la mezcla del olor a gasolina, grasa y aceite para coche. El otro es su loción que usaba después de bañarse, cuando se arreglaba los sábados en la noche para ir a jugar boliche, su otra gran pasión.


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Mis recuerdos se llegan a extraviar en esas nieblas que todo lo borran, pero basta un aroma especial (el de una flor, el perfume de la noche, un a ráfaga de loción) para que esos recuerdos, sensaciones y sentimientos que pensaba perdidos vuelvan a surgir ante mi...

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