viernes, 10 de febrero de 2006

Secreto No. 33

Me encantan las jacarandas




Las jacarandas me recuerdan mi niñez paseando por Coyoacán, visitando a los tíos en la privada Malintzin, comiendo un helado doble de chocolate de la Siberia (cuando eran ricos esos helados).

Caminar por Ciudad Universitaria cuando todas las jacarandas están en flor, es como pasear por un hermoso cuento mágico. El pasto es de un verde billante y encima una hermosa alfombra violácea. Un nudoso arbol que invita con su sombra a descansar, las ramas alzándose hacia el cielo excelentes para trepar entre ellas, coronado de un follaje verde limpio y de un sombrero violáceo.

Aún es invierno pero hace unos días, la jacaranda que está en una calle cerca de mi casa estaba floreando. El suelo gris se embellecía con esas diminutas flores que parecen trompetas.

Las jacarandas me hacen sentir muy feliz.

Ya quiero que llegue la primavera. Quiero ver de nuevo todas las jacarandas en flor...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya no nos llevan al parque,
ni tampoco a la alameda,
ya las plazuelas se mueren,
alumbrando su tristeza,
no perfuma la diamela
ni cae el jacaranda,
ni florecen los aromos
al llegar la navidad.

(Zeño Manue - Chabuca Granda)

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