Hoy estaba en la comida pensando en 3 cosas que me incomodaban pero no lograba discernir los motivos de esta sensación. Después de la segunda mordida a la hamburguesa con queso (¡al diablo por hoy la dieta!) y un sorbo al jugo de betabel-zanahoria-apio-ynosequemás, supe que mi incomodidad se debía a que ya no estaba siguiendo los patrones de costumbre (al menos en dos de ellas)...
Darme cuenta de ello y comprenderlo fué como una iluminación, y es que no es fácil darse cuenta de estos comportamientos (años de practicarlos y no estar conciente de ellos... tsssss.)
Primer flashazo "iluminativo" mental-espiritual:
El Sombrerero Loco tenía mucho tiempo de desaparecido; hace dos años y medio yo lloraba por su ausencia y su silencio, lo superé, conocí al delfín con quien compartí una historia que inició y terminó y comprendí que la vida continúa, siempre continúa...
Hace un año Don Sombrerero me escribió por unas fechas especiales de febrero y yo reaccioné toda huraña. Este año nuevamente me escribió con un par de semanas de antelación a las conmemoraciones (no es por el 14 de febrero, no fomenta ese tipo de festejos), así que siguió lo que supongo es una táctica especial que me suele enganchar: Él escribe, yo respondo, y después pasan días sin respuesta... de repente vuelve a escribir, yo le respondo y más días de silencio hasta que me desespero y yo le vuelvo a escribir (ahí ya caí).
Hoy estaba pensando que hace rato le escribí y él no me había respondió aún, por lo que estaba comenzando a considerar el escribirle de nuevo, cuando ¡zaz!, me dí cuenta del patrón de comportamiento que tengo... ¡¡¡OOOoooOOOoohhhh!!! (expresión idéntica al de los marcianitos de "Toy Story").
Al analizar mis recuerdos y cuántas veces se dió este ping-pong en la relación, hoy pensé en medio de mi iluminación "¡NI MAUSER, Ya no escribo nada ni lo busco! Si escribe, bien. Si no escribe, también bién.". Años tardé para darme cuenta, pero ¡lo hice!.
Segundo flashazo "iluminativo" mental-espiritual:
De un tiempo a la fecha decidí ser menos enojona, ser más alegre, disfrutar los momentos, encontrarle el lado bueno de la vida y de las cosas.... O sea, decidí hacerme la vida más agradable para mi.
Hoy saludando a medio mundo en la oficina y feliz por los 3 días de descanso que tendremos, me encontré con algunos compañeros con cara de agotamiento y que hoy no era su mejor día, pues tenían mucho trabajo acumulado y poco tiempo para sacarlo.
Llegué como chapulina cantadora con una de las hormiguitas que estaban con su montonal de trabajo y le saludé alegremente. Entre mis brincos declaraba mi alegría por el largo fin de semana para descansar, a lo que me respondió la hormiguita trabajadora que por el contrario, el fin de semana largo quitaba tiempo para trabajar y sacar la chamba urgente.
Estaba yo por decir (discutir) que es mejor ver el lado positivo de la vida y bla-bla-bla, cuando lo pensé por un segundo y decidí mejor retirarme con mis brincos a otro lado (a mi lugar, por ejemplo).
No me molestó en absoluto la apuración de tan trabajadora hormiga; después de todo, estaba en todo su derecho de ver el fin de semana como mejor prefiriese, y yo por mi parte optaba por mi alegría. Pero a la hora de masticar mis pensamientos (y la hamburguesa con queso), me percaté que tiendo mucho a querer alegrarles la vida a los demás, de ser su "salvadora" anímica... ¡y pues no!. Puedo compartir mi alegría, mis pensamientos, mis preocupaciones, etc, pero... Cada uno decide cuál ánimo traer, y solamente yo puedo decidir por mi.
Y esto me lleva a la tercer reflexión...
Tercer flashazo "iluminativo" mental-espiritual:
Hoy me hicieron un comentario-observación que me molestó. No sabía bien por qué me molestaba tanto, por qué sentía que por dentro me retorcía como tlaconete al que le echaron sal. Y el comentario que me hiceron con tono de reclamo y sorna fué: "Oye Clau... tu eres medio mandoncita ¿verdad?"
¿Yo mandona?.... ¿¿YO mandona?? ... ¡¿YO MANDONA!? ¡¡¡Ayyyyyyyy dolorrrrrrr!!!.... Como decía mi abuelita Lupita: ¡cómo me pudo!.
Y ahí estaba yo, mordizqueando la hamburguesa y mordizqueando el sentimiento que no me explicaba su razón de ser.... Hasta que entendí que aún tengo la costumbre de querer ser agradable a los demás, costumbre que tembló ante la declaración (ser mandona) y el tono utilizado.
Después de los últimos bocados de mi comida y tras digerir mis pensamientos (muchos y diversos que no pondré aquí para no marear con tanto rollo), pude llegar a una conclusión:
Si. SOY MANDONA y me gusto así tal cual soy.
Tras de aceptar esta faceta mía, la paz y la alegría volvió a plasmarse en mi rostro. Así que para festejar, me fuí al "Monte Khailas" por unos bollitos integrales bien sabrosos.
Después de todo... sólo yo era quien decidiría si seguiría enojada por lo que me dijeron, o mejor tranqulizarme para analizar mi molestia, tomar las medidas pertinentes a lo que me llevaran mis reflexiones y ser feliz nuevamente. ;)
Temas: Personal Reflexiones
1 comentario:
hay donde compraste esa hamburguesa para no ir ahi por que yo no la disfrutaria tan agusto... jaja
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