Este fin de semana ha sido extraordinario aunque tremendamente agotador.

Comenzando que el viernes me dieron permiso para poder asistir al exámen profesional de mi sobrino Jorge Luis, y salí corriendo de la oficina para tomar el camión a Puebla; aunque intenté llegar a buena hora, no pude porque en la carretera estuvo lloviendo casi todo mi trayecto y más lluvia encontré en la ciudad, así que con toda la discreción posible entré al salón justo cuando terminaba de hacer la presentación de su tesis.
Las preguntas fueron interesantes, un buen desempeño de parte de JL y al final el veredicto de aprobación y la felicitación por su excelente trabajo. Yo en ese momento estaba al frente tomando fotos (al igual que mi hermana) y cuando le estaban felicitando a mi sobrino me acerqué a mi cuñado para fotografiar desde ahí. Comenzaron la ronda de felicitaciones y las personas se acercaron a Jorge para saludarlo y para felicitarme a mi también. ¬¬ ¡Claro! me confundieron con mi hermana, para variar y como me ha ocurrido tooooda mi vida. :P jejejeje
Después hicieron un pequeño brindis en otro salón y todos andábamos hiper-eufóricos; yo les veía a todos contentos y nos la pasamos bromeando y riéndo con gran soltura, fué cuando Jorge Luis y Adriana me confirmaron que yo soy su madre putativa... y ellos son mis hijos en igualdad de condición. ;)
Llegar a su casa y seguir platicando y bromeando hasta que el cansancio nos llegara (que no tardó mucho en hacer su aparición, por cierto). Al día siguiente nos levantamos para ir todos a desayunar a Los Arcos, que tanto les gusta, y allí los 5 seguimos en la broma recordando lo vivido unas cuantas horas antes. Después JL fué a ver a su novia y los demás nos fuimos a pasear al Aviario que tienen en el Parque Ecológico. La lluvia nos hizo regresar como a las 5 y estuvimos descansando hasta que llegó la hora de mi regreso, casi a las 8:30 de la noche.
El domingo me costó trabajo levantarme para ir al tai chi, pero teníamos mucho qué practicar, y para rematar el agotamiento, el ejercicio en parejas (desbalancear al compañero) lo hice casi con todos los varones y solo un par de compañeras.... Saliendo de tan cansado ejercicio, todavía tenía que ir a hacer el super y llegar a limpiar la casa. ¡Tsssss! En la noche ya no aguantaba la espalda (ni ahorita tampoco).
Ah! y hoy bello lunes, con mis ojos de sueño y cara de pambazo sin una gota de maquillaje, me encontré en el transporte a ÉL. ¡Trágame tierra! Sólo alcancé a balbucear un saludo y me voltée al frente sin platicar más. Sentía cómo mi cuerpo temblaba de nervios, la respiración se me agitaba y la mente se me hacía un pelotero: ¿qué decirle? ¿de qué hablarle? ¿hacerle la conversación o seguir callada?... Sólo se me ocurrió entrecerrar los ojos y concentrarme en mi respiración, tratando de hacer ejercicios de meditación para tranquilizarme.
¡Caramba! ¡Cómo me frustra sentirme cual quinceañera! Quiero hablarle pero siento que soy inoportuna y temo mostrarle mi sentir hacia ÉL porque me siento desarmada, vulnerable... asustada. A veces me pregunto qué pasaría si un día me le plantara enfrente y mirándole a los ojos le dijera esas dos palabras que viven desde hace tiempo entre la punta de mi lengua y mis labios, pugnando por salir...

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1 comentario:
hola hola! dejando saludos para usted.
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