Flores etéreas.

Hay días en que la mente se pone a divagar y para entretenerse, revuelve los recuerdos que se van guardando en el fondo del cerebro. Saca uno, lo mira, lo bota por la izquierda; saca otro, lo pone de cabeza y lo deja arrumbado por la derecha, desempolva un tercero y lo deja en el suelo... cuando encuentra un recuerdo que le agrada, con cuidado lo pone al frente de todos, para poderlo observar con calma y disfrutar de él.

Hoy mi mente sacó un recuerdo que tuvo lugar en la reunión de bloggers y cervezas. Me encontraba platicando con Carlos y Michi cuando se acercó un hombre que vestía ropas obscuras, cabello quebrado y con lentes. No escuché bien su nombre, pero comenzó a preguntarnos "¿cuál es el blog de ustedes y de qué se trata?". Era una pregunta casi obligada, porque no conocíamos a casi nadie.

Cuando llegó mi turno le respondí: Mi blog se llama "Flores Etéreas para una Mariposa de humo" y es blog personal. Me miró con curiosidad, y me preguntó el por qué de tal nombre para mi blog. Yo toda emocionada, comencé a contarle la increíble aventura que fué para mi llegar a ese nombre.

Comencé por decirle que he usado desde 1996 mi nick "Mariposa de humo" y que no quería repetir el título en el blog, así que me pregunté qué es lo que quería escribir en él... de ahí que me llegó la inspiración: ¡Mis pensamientos! ¡Mis reflexiones! Eso quiero escribir.

Ok. El tema lo tenía. Pero ¿cómo unirlo con mi nick? Piensa, piensa, piensa... Entonces recordé que para Netzahualcóyotl los pensamientos (o los poemas) eran flores para los dioses. ¡Excelente! Ya tengo las flores para una mariposa... pero no son algo tangible, no se pueden tocar ni agarrar... mmmh... ¡son etéreos! Eso: etéreo es relativo al cielo!

¡Ta-dáaaa! ¡Cha-ca-cha-chán! He aquí la razón del título de mi blog. ¡Que maravilla! ¡Que buenaza soy!

Claro... durante todo el relato de mi emocionantísima aventura mental, el pobre hombre solo se me quedaba mirando como diciendo "Chaaaaa... ta' loca esta vieja". Y después de que terminé toda mi perorata analítica, con los ojitos en blanco de que casi me daba un orgasmo mental, se animó a comentar con voz de flojera: "Noooo, pues... yo pensé que era por los hongos de María Sabina".

En ese momento se despertaron de su letargo Michi y Carlos y se le quedaron viendo con cara emocionada e interesados en el tema, así que los tres (yo incluída) le preguntamos el por qué de ese comentario.

Fué entonces que nos comenzó a platicar; María Sabina solía utilizar hongos alucinógenos para poder curar a las personas y hacer sus viajes con los antepasados; diferentes cantidades y diferentes mezclas producían diversas reacciones. Después de la muerte de María Sabina, sus alumnos siguieron sus enseñanzas, pero cada mezcla tenía su nombre, y una de esas mezclas es llamada Flores etéreas, porque quien las ingiere suele mirar flores vaporosas danzando a su alrededor.

Por ello le dió curiosidad el nombre de mi blog; pensó que era en relación a los hongos y que yo los había probado, pero no; mis alucines no necesitan de hongos porque con ayuda de mi propia locura me salen re-bien, aunque fué interesante escuchar toda esta historia... yo lo más que he usado es cigarro (que ya dejé), la cerveza, el tequila... y una ocasión hace muchos años, que probé la marihuana, pero me supo tan mal y me dió tanto asco que solo alcancé a darle una pequeña fumada que no me hizo ni gracia. (Por eso sé que no sirvo para los grandes vicios).

Y esto, mis queridos amiguitos, es la historia de cómo mi mente sacó del cuarto de trebejos este recuerdo, me lo puso casi-casi en la nariz para postearlo y contarles tan rico cuento.

¡Y colorín colorado, esta mariposa se ha alucinado!.