jueves, 10 de marzo de 2005

Puesta de sol

No siempre hay una razón o un motivo para temblar ante una puesta de sol.

Cierto, a veces se tienen melancolías con o sin justificación, y no siempre basta con conjurarlas para que desaparezcan, pero...

Estas tardes de viento y sol, me he ahogado con los maravillosos colores que inundan mi oficina, que cierran mi garganta, que agitan mi alma.


Hay veces que tomo de la mano a mis melancolías como si fuesen mis niñas más queridas y nos sentamos a ver en silencio las puestas de sol... Hay veces que no necesito justificar mis tristezas.

~ @ ~

¡Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:

—Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol…
—Tendremos que esperar…
—¿Esperar qué?
—Que el sol se ponga.

Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:

—Siempre me creo que estoy en mi tierra.

En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas…

—¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!

Y un poco más tarde añadiste:

—¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.

—El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad?

Pero el principito no respondió.


Puesta de sol - 10 de marzo de 2005 Posted by Hello

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