Esta frase se encuentra en uno de los extremos de El Tunel de la Ciencia, que se encuentra en el pasaje del metro La Raza.
Hacía mucho tiempo -años, diría yo- que no caminaba por ahí, y en esta ocasión traté de ir con calma para poder disfrutar las imágenes que ahí presentan. Revoloteaba de una foto a otra para disgusto de quienes caminaban con prisa por ahí: aquí la foto del fractal de una flor, allá la vía láctea tomada con rayos ultravioleta, más adelante la bóveda celeste que abarca pared y techo...
Definitivamente tengo que regresar para recorrerlo todo lentamente, de preferencia que no sea entre semana y que no sea a las 8 am. Los usuarios del metro no suelen entender que el tiempo de esta mariposa de humo lo marca un reloj diferente y que a veces puede parecer la eternidad.
(Nota informativa: El tunel abarca 6,177 metros cuadrados, lo que serían aproximadamente unos 2 kilometros de largo para recorrer).
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