Los días santos iniciábamos recorrido a las 9 de la mañana ya bañados y desayunados, para terminar el día a las 12 o 1 de la mañana.
Llegué el domingo a mi casa rayando a media noche, cual si pesara sobre mi la amenaza de volverme calabaza (del príncipe azul, ¡ni pensar!... no existe).
Semana intensa de mucho trabajo todo urgente, apúrate que faltan veinte cosas más por terminar, y además he de sumar que dentro de ocho días hay una presentación de Danza árabe y las coreografías me son desconocidas.
Estoy cansada y con sueño y sigo sin saber por qué....
~ Non sum qualis eram - No soy la que fui ~
1 comentario:
Resulta que hay que descansar del descanso, no?
Publicar un comentario